El archipiélago colombiano de San Andrés y Providencia, mundialmente famoso por su mar de siete colores, ha sido devastado por el huracán Iota, un fenómeno nunca antes vivido en la isla.
Olas gigantes y vientos de más de 250 kilómetros por hora azotaron la isla durante dos días dejando ruina a su paso. De momento, el balance de las autoridades reporta una persona muerta y decenas de heridos. La ayuda humanitaria ya se ha desplazado a la isla que cuenta con cerca de 5.000 habitantes.