El congresista peruano Manuel Merino rompió este domingo su silencio tras haber renunciado hace una semana a la jefatura de Estado para asegurar que no fue «un presidente usurpador ni golpista» y decir que si aceptó dimitir al cargo fue para evitar que se mantenga «el caos y la violencia» en su país.
«No fui un presidente usurpador ni golpista. Si di un paso al costado fue para impedir que aquellos que buscaban el caos y la violencia logren sus objetivos con más sangre», indicó el exgobernante en un mensaje que fue difundido por medios locales.