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La Font Salada -o Ullal del Burro-, ubicada en pleno Parque Natural de La Marjal Oliva-Pego, es un lugar perfecto para el baño tanto en invierno como en verano, dado que la temperatura del agua está en torno a los 23ºC en cualquier época –siempre por encima de los 21ºC y llegando a alcanzar los 29ºC-.

Hasta este rincón, que alimenta al río Bullent, acuden tanto vecinos de la población de Oliva como visitantes desde otras localidades o, incluso, turistas extranjeros. Es, sin duda, un lugar privilegiado digno de visita, sobre todo por estar enclavado dentro del parque natural, su cercanía a la playa y el turismo de salud, pues se trata de un nacimiento subterráneo de aguas termales -dispone de un considerable contenido en sales sulfurosas- cuyas aguas han sido reconocidas, tradicionalmente, como beneficiosas frente a enfermedades dermatológicas.

Tal y como podemos leer en el trabajo de fin de grado de la Font Salada de María Millet Fuster, existe la creencia de que hay que realizar una novena para que exista un resultado positivo en la cura de la enfermedad en cuestión por la que se ha acudido al manantial. Es decir: hay que ir nueve días seguidos al manantial y zambullirse en sus aguas para que haya una mejora, conjugándose creencias paganas y religiosas vinculadas a las propiedades del agua.

Sus aguas, que además de beneficiosas para la piel son limpias, transparentes y acondicionadas para el baño -incluso podréis ver con claridad los peces-, permiten disfrutar de un paraje único en plena naturaleza (los perros tienen prohibido el baño, pero podéis pasear por el lugar con ellos siempre que vayan atados).

El nombre compuesto de Ullal del Burro –según L. Galiana, 2012-, le viene porque ullal, en valenciano, es un agujero por donde sale el agua; y el de burro porque, según una historia local, un lugareño de la localidad vecina de Pego, que era agricultor, abandonó en la Font Salada al burro que le ayudaba en el campo, debido a que estaba enfermo y ya no le servía. Su idea era sacrificarlo para que no sufriera, pero no tuvo el valor y lo dejó abandonado en mencionado manantial, próximo a las tierras de éste. Al cabo de unas semanas, el agricultor volvió al paraje del manantial que hoy en día se conoce como la Font Salada y descubrió que el burro estaba vivo y sano. Con el tiempo, se descubrió que el burro se daba baños en el manantial.

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