Rafa Nadal conquistó su cuarto US Open y su decimonoveno Grand Slam tras derrotar a Daniil Medvedev (5-7, 3-6, 7-5, 6-4 y 4-6) en uno de los partidos más épicos de su carrera. El balear sigue agrandando su leyenda y se sitúa a un sólo ‘major’ de Federer. Además, tiene a tiro el número 1 del mundo tras su espectacular gira americana y el abandono de Novak Djokovic en cuarta ronda.
Personajes
Daniil Medvedev: Pese a la derrota, su partido y su reacción en el tercer set pasarán a la historia del deporte. Por tenis y por la fortaleza mental mostrada en esta final, está destinado a jugar más partidos como este y a ser uno de los tenistas dominadores de la próxima década. Su cambio de estrategia cuando se vio en la lona en la tercera manga desordenó por completo a Nadal. Honores al tenista ruso.
Rafael Nadal: Junto a la de Wimbledon 2008, la final más épica de su legendaria carrera. Dominó el partido a su antojo hasta el ecuador del tercer set, donde con 3-2 arriba se daba por hecho que sería campeón. La reacción brillante de Medvedev, y unas dudas impropias del mejor Nadal, llevaron el encuentro hasta la quinta manga. Sus lágrimas al terminar el partido lo decían todo. Ya suma 19. A sólo uno de Federer. Nadie, ni él mismo, conoce dónde está el límite.
Nudo
Un auténtico homenaje al tenis y una montaña rusa de emociones. Así fue la última hazaña de un jugador histórico que aspira a cuestionar el reinado de todo un Roger Federer. Rafa Nadal sigue ampliando su leyenda.
Ni el escenario ni el rival intimidaron a Medvedev en el arranque. El moscovita golpeaba primero en forma de break (1-2), haciendo presagiar que la final no sería tan plácida para Nadal como la de 2017 ante Anderson.Inmediatamente respondió el manacorí, que con el contrabreak en el siguiente juego entonaba el primer «Vamos» de la final.
El campeón español tenía muy clara la fórmula para apagar al vigente campeón en Cincinnati y abusaba de bolas altas y del revés cortado. Eso, y la clara mejoría en el saque con respecto a los dos primeros juegos, pusieron a Nadal en una posición privilegiada con tres bolas de break con 3-4 a favor.
Si mencionábamos antes las alternativas que tenía Nadal, el ruso tiró del saque-red para solventar la papeleta y poner el 4-4. Ya superada la hora de partido y cuando el desenlace del primer parcial parecía encaminado al tie break, Nadal pegó el zarpazo definitivo (5-7).
La segunda manga recordó a lo vivido ante Berrettini. El ruso acusó lo ocurrido en la primera y Nadal, que ya olía la sangre, interpretaba mejor el partido que su adversario. Ambos jugadores sufrieron para sacar sus primeros servicios hasta que en el sexto, Rafa no perdonó (2-4).
El número 2 del mundo dio una lección de estrategia maniatando al moscovita con los cambios de alturas y haciendo gala de su revés cortado. Logrado el break, su solvencia al saque fue suficiente para levantar un comprometido 15-30 cuando servía para cerrar el set (3-6).
Cuando la Arthur Ashe contaba los juegos para coronar por cuarta vez a Nadal con 3-2 y break a favor en el tercero, Medvedev demostró que está destinado a ser uno de los grandes de este deporte. Con mucho corazón y con todo el tenis del mundo, se agarró a la final logrando el contrabreak y jugando a Nadal como pocas veces se recuerda hasta conseguir mandar la contienda al cuarto set (7-5).
Por primera vez en el partido y en el torneo, Nadal no dominaba la situación y tenía enfrente a un coloso que le superaba tanto en juego como en algo que parecía increíble, en una batalla emocional de la que el español suele salir vencedor.
Todo iba a favor del ruso, que llegó a disponer de una bola de break para ponerse 2-0 en el inicio del cuarto. Ambos jugadores solventaban sus servicios y cuando se presagiaba un tie break, con 5-4 a favor de Medvedev pero 40-15 con el servicio de Nadal, el manacorí sucumbió ante un jugador que parecía invencible en esos momentos y que mandaba el partido al quinto con un passing antológico.
El encuentro era un auténtico drama y parecía increíble que Nadal pudiese perder una final de Grand Slam tras estar dos sets arriba. Pero ahí apareció el campeón que lleva dentro para ir sorteando obstáculos hacia su decimonoveno entorchado. El primero de ellos, las dos bolas de break que salvó en el inicio del quinto parcial.
El ruso, que parecía infranqueable, dejó escapar con dos iguales un juego que dominaba 40-0 y que resultó definitivo en el despertar del español. Nadal volvió a verse campeón como en el tercer set, con 5-2 y saque. Pero no era un partido cualquiera, toda situación atípica tenía cabida y hasta un maestro como Nadal dudaba y se veía obligado a salvar una bola de rotura con 5-4 y saque antes de certificar el triunfo final.
El resto ya es historia. Cuarto US Open. Decinoveno Grand Slam. Un animal competitivo que acecha a Roger Federer. Sus lagrímas al final de partido lo decían todo. Eran las lágrimas de todo el deporte español. Diecinueve veces Rafa.